Desde muy pequeño Demian pasó periodos largos lejos de mamá porque yo viajaba en el trabajo. En ese periodo nos regalamos piedras que colectábamos al acordarnos uno del otro… Juntamos muchas y con ellas decidimos hacer nuestra pieza del mosaico.
Ese tiempo, Demian ganó independencia y yo me hice fuerte, pero si algo bello tiene esta contingencia es que nos dio la oportunidad de dejar de extrañarnos y disfrutar al máximo, cada minuto juntos.